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sábado, 14 de abril de 2012

Asalto a la brecha de la Trinidad, abril de 1812.




… las partidas avanzadas de ambas divisiones baxaron sin dificultad al foso, protegidas por el fuego de las partidas situadas en el Glasis para este intento, y subieron al asalto con la mayor intrepidez, llevando al frente a sus bizarros oficiales. Pero era tal la naturaleza de los obstáculos preparados por el enemigo en lo alto y detrás de las brechas, y su resistencia tan resuelta, que nuestras tropas no pudieron establecerse en aquel lugar. Muchos valientes oficiales y soldados murieron de resultas de las explosiones en lo alto de la brecha…

(Del informe oficial del general Wellington sobre la toma de Badajoz)




Badajoz se rinde a los franceses el 11 de marzo de 1811, tras la muerte del general Menacho, gobernador militar de la ciudad. Casi inmediatamente las tropas aliadas (portuguesas, británicas y españolas) le ponen asedio, entre abril y junio de 1811, asedios interrumpidos por la batalla de La Albuera.
El tercero y último comienza el  17 marzo de 1812 cuando las tropas anglo-portuguesas del general Arthur Wellesley, futuro Duque de Wellington y jefe de las fuerzas expedicionarias británicas en la península, inician las obras de aproximación a las murallas. Las fuerzas imperiales que se le opondrán, integradas por soldados franceses, españoles bonapartistas y alemanes de Hesse-Darmstadt están bajo el mando del general Armand Philippon. 







Tras tomar el fuerte de la Picuriña  en la noche del 25 de marzo, los aliados sitúan en sus inmediaciones tres baterías de asedio que con el paso de los días abren otras tantas brechas en el flanco izquierdo del baluarte de Santa María, en la cara derecha del baluarte de la Trinidad y en la hoy desaparecida cortina de unión entre ambos baluartes.
El diorama representa la brecha de casi 60 metros del baluarte de la Trinidad (así llamado por el convento del mismo nombre ubicado en su interior) en su cara y flanco derechos y un trozo de la cortina de unión con el baluarte de Santa María, en uno de los muchos asaltos acaecidos en la noche del 6 de Abril de 1812.






Defienden la plaza, en este sector, tropas de granaderos y de las compañías de fusileros 1º (pompón verde) y 2º (pompón azul celeste) del regimiento francés de infantería nº 103 que han preparado el terreno con todo tipo de obstáculos y trampas. Así podemos ver caballos de Frisia (troncos con hojas de sable o hierros o palos afilados que se hacían rodar por la pendiente o se utilizaban para cerrar un acceso), tablones cubiertos de largos clavos para incomodar el paso,  cunetas excavadas al borde del foso para aumentar su altura y hacer inútiles las escaleras, pozos de lobo con una aguzada estaca en su interior, marañas de cuerdas para impedir o retrasar el avance, ristras de explosivos que se activaban mediante una mecha de pólvora que aparece protegida por tejas, para salvaguardarla de humedades, estacas hincadas en el camino cubierto y en el borde la la brecha, , obstáculo muy sencillo pero que retrasaba el avance y, en fin, la inundación  que, causada por el represamiento del arroyo Rivillas, ha cubierto parte del foso y sobre la cual los defensores colocaron una barca con un pelotón de fusileros que hace fuego de flanco sobre los asaltantes.






El 103º de Infantería francés cierra la brecha en el baluarte de Trinidad con toda una serie de materiales de circunstancias que le permiten hacer fuego a cubierto; los fusileros disponían de hasta tres fusiles cada uno para aumentar el volumen del fuego y de granadas de mano y de mortero a las que encendían una mecha muy corta y hacían rodar por la  pendiente. 7 cañones, servidos por artilleros franceses auxiliados por infantes del 103º Regimiento, disparan sin cesar botes de metralla contra las masas británicas.
Los atacantes de la brecha son de los regimientos británicos 7º (Fusileros Reales), 23º (Fusileros Reales Galeses), 27º (Inniskilling) y 40º (2º de Somersetshire), de la División 4, destinada para esta misión,  ya muy mezclados tras varios temerarios ataques rechazados por los no menos valerosos defensores; por su izquierda progresa un grupo del regimiento 43º (Monmouthshire) de la División Ligera encargados de atacar la brecha de la cortina y que confundieron ésta con el revellín, que vemos parcialmente, lo que les costó muchas bajas.  Van guiados por un oficial de ingenieros, distinguible por su casaca azul, y por otro del 43º Regimiento.






Las fuerzas aliadas no lograron tomar esta brecha. La ciudad fue ocupada al completarse con éxito los asaltos británicos por la Alcazaba y el baluarte de San Vicente. Según los informes de Wellington, tuvieron 1035 muertos, 3787 heridos y 63 desaparecidos, el 80% de ellos en esta brecha. Al amanecer del día 7 el general Philippon, que se había refugiado en el fuerte de San Cristóbal, se rinde al general Wellington.
La ciudad, pues , fue recuperada tras un año de ocupación, pero la alegría de la liberación y el sacrificio de tantas y tantas vidas se verían empañados por el salvaje saqueo y pillaje al que fue sometida la ciudad de Badajoz y sus habitantes durante 3 días por los  soldados vencedores, que mancharon así su gesta para la historia.










Si quieres ver un reportaje fotográfico completo pulsa en el siguiente enlace:

Diorama "Entrada del General Menacho en Badajoz por la puerta del Pilar".


…habiendo recibido Menacho oficio del Marqués de la Romana, para que hiciese por auxiliarlo, pues se hallaba en Badajoz sin guarnición para su defensa; en fuerza de muchos trabajos, días y rodeos, siempre perseguido por mayores tropas francesas, consiguió entrar en la plaza a media noche, sin haber perdido un bagaje, saliéndole a recibir el mencionado Marqués de la Romana, a tan incómoda hora…

(De la hoja de servicio del General Menacho)


Este diorama representa un episodio poco conocido de la historia de Badajoz durante la Guerra de la Independencia: una de las entradas de las tropas del  general D. Rafael Menacho y Tutlló en auxilio de la plaza fuerte.
En 1810, ante el imparable avance francés, el gobernador militar de la plaza de Badajoz D. Pedro Caro y Sureda, Marqués de la Romana, solicita de D. José María de la Cueva y de la Cerda, duque de Alburquerque y jefe de las fuerzas destacadas en Extremadura, tropas que refuercen la magra guarnición de la ciudad. Éste destaca al general Menacho a Olivenza, desde donde deberá cubrir la ciudad de Badajoz.



En la Hoja de servicios de Menacho constan dos entradas en Badajoz: la primera a finales de enero de 1810, y la segunda en la madrugada del 12 de febrero de 1810, perseguido de cerca por las tropas francesas que avanzaban desde Sevilla.
Basándonos en la poca documentación disponible de la época hemos representado la puerta del Pilar con un puente levadizo; es muy posible que este elemento nunca llegara a utilizarse, aunque la estructura de la puerta sugiera claramente la posibilidad de contar con él. El ancho foso, hoy prácticamente desaparecido, se salvaba con un paso elevado que llegaba hasta un pequeño revellín que defendía su cabeza y el acceso al también desaparecido fuerte de Pardaleras. Para proteger este ancho espacio de los disparos la artillería se situaba delante de la muralla una construcción denominada tenaza o tenallón, un muro alargado que contaba con sus propios sistemas de defensa y ataque: parapetos, banquetas de tirador y, en ocasiones, asentamientos para artillería. 


La puerta se completa, ya intramuros, con un cuerpo de guardia y accesos al parapeto, reproducidos a partir de la documentación gráfica más antigua localizada, de la primera mitad del siglo XX.
Sobre la tenaza se representa la escena del saludo de los generales (el marqués a caballo, Menacho a pie), acompañados por sendos ayudantes y protegidos por un pequeño grupo de soldados del Regimiento de Infantería de Línea 1º de Badajoz al mando de un sargento, distinguible por sus hombreras rojas, que observan la escena con cierta curiosidad. Al mismo tiempo están entrando en la ciudad las últimas tropas del Regimiento Provincial de Trujillo, vestido con casaca azul con solapas, cuellos y puños encarnados y botones dorados, como correspondía a un regimiento de Milicias, y del ya citado 1º de Badajoz, con casaca azul, solapas blancas, cuellos y puños encarnados y botones plateados. En ambas formaciones se puede apreciar algún soldado vestido con uniforme francés capturado al enemigo, otros dotados de diversos chacós franceses y británicos, mochilas británicas y algún otro totalmente vestido de paisano, con el bicornio como única prenda de uniforme, así como varios vestidos con el capote de color gris ratón, heterogeneidad propia de un ejército como el español de la época, siempre carente de todo y funcionando a base del ingenio del soldado, una de sus principales armas. Un carro con parte del bagaje de las tropas, guiado por un acemilero, se resguarda entre ellas. Por el foso dos patrullas que han venido cubriendo el flanco de la columna van a unirse al resto de la fuerza que está entrando en Badajoz



En el interior de la ciudad, junto a la puerta, los pacenses se están congregando para ver la entrada de las fuerzas. Los soldados de guardia en las murallas, tenaza y puerta de entrada son los del Regimiento Provincial de Badajoz, vestidos con casaca azul, solapas rojas, cuellos y puños anteados y botones dorados.
En los fosos se puede observar también la presencia de pequeños grupos de animales custodiados por paisanos armados; en épocas como esta los fosos se utilizaban como improvisados corrales, para mantener bajo custodia los preciados animales domésticos que proporcionaban carne, leche y cueros para la guarnición y los ciudadanos en caso de asedio. 




Si quieres ver un reportaje fotografico completo pulsa en el siguiente enlace:

jueves, 12 de abril de 2012

Bicentenario del asalto anglo-portugués a Badajoz.

Con unos días de retraso respecto a la efeméride del asalto anglo-portugués de Badajoz el 6 de Abril de 1812, el día 10  fue inaugurada por el señor alcalde de Badajoz, D. Miguel Ángel Celdrán, la nueva sala de exposiciones del museo "Luis de Morales", denominada "Sala de las Batallas".
En dicha sala quedarán expuestos permanentemente los dos últimos dioramas realizados por Recreaciones Históricas en Miniatura y que han sido adquiridos por el Ayuntamiento de Badajoz. Éstos representan la entrada del general Rafael Menacho en Badajoz durante los primeros meses de 1810, y la brecha del baluarte de la Trinidad, una de las tres por las que las tropas bajo el mando de Wellington intentaron, infructuosamente, asaltar los muros de Badajoz.
A los dioramas de Badajoz les acompañarán los cuatro dioramas creados para conmemorar la batalla de La Albuera el pasado año, y que han sido cedidos temporalmente por nuestra empresa.
La inauguración fue un verdadero éxito, congregándose en la sala varias autoridades civiles y militares de nuestra ciudad, así como numerosos ciudadanos y medios de comunicación que coincidieron en elogiar la calidad de nuestras obras, por lo que desde estas líneas agradecemos su atención y sus muestras de reconocimiento.
Para información de aquellos interesados en visitar estas obras, el Museo de la Ciudad "Luis de Morales" está ubicado en la Plaza de Santa María, y su horario de visitas es de 10 a 14 horas y de 17 a 20 de martes a sábado, y de 10 a 14 horas el domingo. Cierra los lunes.